Extrañas Armas Mexicanas que Quizás No Conocías

Extrañas Armas Mexicanas que Quizás No Conocías

Cuando hablamos de la industria militar, México rara vez aparece en los primeros lugares de desarrollo armamentístico. La historia nos muestra que esta nación ha tenido poco o nulo protagonismo bélico a nivel internacional, y factores como la falta de apoyo gubernamental han limitado el avance en la fabricación de armas. Sin embargo, a lo largo de las décadas, han surgido algunos proyectos armamentísticos mexicanos, que, aunque no alcanzaron la fama mundial, demuestran creatividad y destreza en el diseño. A continuación, te mostramos cinco armas mexicanas únicas, que por sus características poco comunes resultan fascinantes.


1. Cañón Mendoza de 37 mm

El primero en nuestra lista es el Cañón Mendoza de 37 mm, diseñado en 1911 por Rafael Mendoza durante la Revolución Mexicana. Este pequeño cañón fue pensado para el combate de proximidad, y su objetivo principal era generar ruido y humo para intimidar a las tropas enemigas. Utilizaba granadas de 35 y 37 mm, compatibles con el armamento de artillería de las tropas federales de la época. Aunque se desconoce la cantidad exacta de cañones fabricados, hoy en día existen algunos ejemplares que nos recuerdan este peculiar artefacto de artillería diseñado para sembrar el caos en el campo de batalla.


2. Fusil México

El Fusil México es uno de los proyectos más singulares del armamento mexicano. Diseñado en 1918 también por Rafael Mendoza, este fusil se destaca por su sistema de recarga. En lugar de un cerrojo tradicional, el Fusil México usaba un guardamano giratorio que permitía al tirador recargar sin perder el objetivo de vista. Con un cargador interno de cinco cartuchos calibre 7x57 mm Mauser, el fusil prometía ser una opción innovadora para el combate. Sin embargo, este modelo no pasó de ser un proyecto, y su producción quedó limitada a unas pocas unidades experimentales.


3. Pistola Trejo Modelo 1

La Pistola Trejo Modelo 1 es una de las armas más curiosas en el calibre .22 LR. Su historia comienza en 1940, cuando Abraham Trejo Solís, un joven apasionado por la fabricación de armas, empezó a diseñar pistolas a escondidas de su padre. Eventualmente, su talento fue apoyado por su familia, y en 1948 nació la empresa Armas Trejo, en Zacatlán de las Manzanas, Puebla. El primer modelo de esta línea, la Trejo Modelo 1, fue una pistola que recordaba a la clásica Colt 1911, pero con una peculiaridad: podía disparar en modo automático, alcanzando una cadencia de entre 1200 y 1300 disparos por minuto. Su diseño, orientado al mercado civil, fue eventualmente restringido por el gobierno mexicano, quedando como un ejemplo de la innovación que pudo haber destacado en el mercado de armas ligeras.


4. Fusil Ametrallador Mendoza

Regresando a los años 30, encontramos al Fusil Ametrallador Mendoza, una creación que surge de la necesidad del Ejército Mexicano de unificar su armamento. Bajo la dirección de Rafael Mendoza, en 1934 nació el Fusil Mendoza, un arma de calibre 7x57 mm Mauser con una cadencia de fuego de 380 a 550 disparos por minuto. Su cargador de 30 cartuchos y su peso de 8 kilos lo convirtieron en un pilar para la infantería mexicana durante varias décadas. Este fusil, además, traspasó las fronteras: al menos 100 unidades fueron enviadas a España durante su Guerra Civil y otras llegaron a manos de las fuerzas revolucionarias en Cuba en los años 50. La versatilidad del Fusil Mendoza lo hizo adaptable a diferentes escenarios, incluyendo el combate aéreo y de guerrillas.


5. Subfusil Mendoza RM3

En los años 60, los subfusiles ganaron popularidad en el ámbito militar y policial, y el Subfusil Mendoza RM3 no fue la excepción. Diseñado por Rafael Mendoza en 1964, este subfusil estaba disponible en calibres como 9 mm Parabellum, .45 ACP y el inusual .38 Super. Con versiones de 10 y 16 pulgadas de longitud y una capacidad de 20 cartuchos, el RM3 ofrecía un peso reducido de 2.26 kg, considerablemente más ligero que el subfusil Uzi. Con una cadencia de 600 disparos por minuto, el RM3 fue ampliamente utilizado por fuerzas policiales y militares en México. Su diseño compacto y variantes con culatas abatibles o bayonetas lo hicieron una herramienta versátil y eficiente para los conflictos de la época.


Extra: La RM3 con Supresor

Finalmente, como un pequeño extra, tenemos una variante única del subfusil RM3 en calibre .45 ACP, equipada con un supresor integrado. Este modelo, que parecía una combinación entre pistola y subfusil, fue diseñado con peines al estilo de los fusiles de la Segunda Guerra Mundial y ofrecía una capacidad de entre seis y ocho cartuchos. Aunque su capacidad de silenciar el disparo nunca se probó completamente, el diseño en sí sigue siendo uno de los más enigmáticos en la historia del armamento mexicano.

 

En conclusión, el desarrollo de armas en México tiene más historia de lo que se cree. Desde cañones de la Revolución hasta subfusiles y pistolas automáticas, cada una de estas armas refleja el ingenio y la creatividad de sus diseñadores. ¿Cuál de estas armas te pareció más interesante? ¿Conocías alguna de ellas? ¡Déjanos tus comentarios y sigue explorando el fascinante mundo del armamento!

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