El 20 de abril de 1999, dos estudiantes del Instituto Columbine llevaron a cabo uno de los ataques escolares más mortales en la historia de Estados Unidos. Armados con escopetas Savage calibre 12, una carabina Hi-Point 9mm, una pistola TEC-9 y más de 99 explosivos, dejaron un saldo de 13 víctimas fatales y 24 heridos. Aunque la agresión directa solo duró 16 minutos, la policía tardó más de dos horas en ingresar al recinto, encontrando a los agresores ya sin vida.
Este evento marcó un antes y un después en la forma en que se manejan los tiroteos escolares y permitió desarrollar estadísticas y estrategias que han cambiado radicalmente los protocolos de seguridad. Hoy, exploramos ocho datos impactantes sobre estos ataques y su impacto en la seguridad escolar.
1. El nacimiento del término "Tirador Activo"
Tras la masacre de Columbine, surgieron nuevas definiciones para describir este tipo de amenazas. Uno de los términos más relevantes fue "tirador activo", el cual se utiliza para referirse a una o más personas que están causando daño intencionalmente a otras. Aunque el término no es exclusivo de ataques en escuelas, su origen se remonta a estos eventos trágicos.
2. Duración promedio de un ataque escolar
Un artículo publicado por la exfuncionaria del FBI Katherine Schweit analizó 35 incidentes con tiradores activos en 2012, concluyendo que el 37% de los ataques terminó en menos de cinco minutos y el 63% en menos de 15 minutos. En promedio, un tiroteo escolar dura solo 12 minutos, lo que deja un margen de reacción sumamente corto para las fuerzas del orden.
3. En la mayoría de los casos, la policía debe intervenir para detener al tirador
Según el mismo estudio, en el 75% de los ataques fue necesario que las autoridades confrontaran directamente al tirador para neutralizar la amenaza. Imagínate estar en un aula de clases, escuchando disparos y gritos, mientras dependes completamente de que la policía actúe en menos de 15 minutos para salvarte. Es una realidad aterradora.
4. El protocolo de respuesta en Columbine fue un fracaso
En 1999, el procedimiento estándar ante un ataque armado era acordonar la zona, esperar a los equipos especiales y avanzar lentamente despejando cada área. Esta estrategia resultó ineficiente en Columbine, ya que los agresores se suicidaron antes de que la policía ingresara, dejando una respuesta tardía y con consecuencias fatales.
5. La nueva estrategia de respuesta policial
Tras Columbine, la policía estadounidense implementó el programa ALERRT (Advanced Law Enforcement Rapid Response Training). Este sistema de respuesta rápida se basa en tres fases:
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Aislar la amenaza para minimizar víctimas.
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Distraer al tirador momentáneamente.
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Neutralizar la amenaza lo antes posible.
Este protocolo ha sido clave en la reducción de víctimas en incidentes recientes.
6. El auge de las mochilas antibalas
Los tiroteos escolares han llevado a la industria de la seguridad a innovar, creando mochilas antibalas para estudiantes. Estas mochilas ofrecen protección contra proyectiles de calibre 9mm e incluso algunas permiten la inclusión de placas balísticas para mayor seguridad.
7. Protocolo para estudiantes ante un tirador activo
Además de los cambios en la respuesta policial, también se han desarrollado protocolos de seguridad para estudiantes en caso de un tiroteo:
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Correr y evacuar si es posible.
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Esconderse en silencio y bloquear entradas.
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Luchar, solo como último recurso, para neutralizar al atacante.
8. ¿Qué armas se utilizan en estos ataques?
El 85% de los tiradores activos en escuelas usan armas cortas, seguidas por rifles y escopetas. Esto explica por qué la mayoría de las mochilas antibalas están diseñadas para resistir impactos de armas de bajo calibre.
Reflexión final
Es fundamental estar informados sobre este tema y conocer las medidas de seguridad que pueden hacer la diferencia en una situación de emergencia. La prevención y la preparación pueden salvar vidas. ¿Qué opinas sobre estas estrategias? Déjanos tu comentario y comparte este artículo para generar conciencia sobre la seguridad en las escuelas.